domingo, octubre 04, 2009

Un día de trabajo en la compañía

Ya tengo la solución. ¿Cuál es, mi gordito? Le ponemos un dos por ciento de impuesto generalizado al consumo. ¿Medicinas y alimentos también? También. ¿Y si se enojan? N´ombre, ni lo van a sentir. Oye, pero les decimos que es para ayudar a los pobrecitos. Sí, eso eso. Y yo te ayudo, voy a aceptar públicamente la realidad de la compañía, que en dos años seis millones de trabajadores se sumaron a la condición de pobreza alimentaria, teníamos 14, ahora son 20 millones los que no tienen ni para comer. Así todos van a querer ayudar a los pobrecitos. ¡Qué inteligente eres!

Oye ¿pero si le ponemos impuesto a todo, esos que están en pobreza alimentaria, a qué tipo de pobreza pasarán cuando de verdad no puedan comer absolutamente nada? Ay tú siempre de exagerado mi Felpa, si nomás es un dos por cientito, si ellos compran un aceite de 30 pesos, pues les va a costar 30.60, ni es nada. Y quién no puede pagar 60 centavos más, ¿verdad? ¡Hellooo!

Fíjate bien, éstos que no tienen ni dónde caerse muertos ganan en promedio unos 850 pesos al mes. ¿Al mes? Al mes. ¿Aquí en la compañía? Aquí en la compañía, pero les vamos a decir que el dinero recaudado es para que esos pobrecitos tengan comida, que es para ayudarlos a ellos nada más. Pero nosotros sabemos que si fuera así sería dinero echado a la basura, que lo vamos a usar en infraestructura. Exacto, pero no les digas eso, es que la mayoría no entiende que los pobres no generan ciclos económicos eficientes.

Entonces así le hacemos. Y si los que no tienen para comer se empiezan a morir de hambre, pues le echamos la culpa a “la peor crisis que haya enfrentado la compañía en la historia”. Y así matamos muchos pájaros de un tiro, mantenemos la mano de obra barata, llega más inversión, poca gente puede estudiar y despoblamos un poco nuestra amada empresa. -En ese momento entra el jefe de la compañía-. A ver gordito, a ver Felpa, pónganse a trabajar, ya los escuché que están diciendo puras pendejadas.


Cartón de Fisgón: El gordo y el flaco, publicado el 1 de octubre de 2009 en La Jornada.

1 comentario:

  1. Y al final dijo el jefe de la compañía: mejor endeudémonos, que a fin de cuentas pagan nuestros hijos.

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