jueves, mayo 14, 2009

No generalizo

"No generalices", me mandaron decir con la computadora algunos lectores del artículo Quizá nos lo merecemos... De acuerdo. Generalizar siempre es un negocio riesgoso, no se puede profundizar sobre una realidad social con argumentos atribuibles sólo a ciertos sectores, numerosos, sí, pero no alcanzan a toda la sociedad mexicana. Me disculpo por ello, aunque debo decir también que, al mismo tiempo, generalizar ayuda a observar un problema desde lejos, luego viene el desglose de los detalles. Como en la medicina, la producción de medicamentos se hace de forma general porque hay patrones de conducta celular predominantes, muy a pesar de la relativa individualidad de cada ser humano, ya después a cada quien se le receta lo que necesita.

Pero tienen razón, esta vez no generalizo y me concentro en un enunciado incluido en el mismo artículo: "Generamos personas que están en la política para hacerse millonarios, no para servir al país". Hace tres meses se difundió una grabación en la que Luis Téllez -nuestro ingenuo ex secretario de Comunicaciones y Transportes y ahora presidente de la Bolsa Mexicana de Valores- declaraba con la mano en la cintura que Carlos Salinas de Gortari se había robado la mitad de lo que llaman "la partida secreta", es decir, se guardó para sí millones de pesos que se ponen a disposición del Presidente de México para gastos políticos. Además del habitante de Los Pinos en turno, se supone que nadie debe saber a dónde va a parar ese dinero extraído de los impuestos que aportan los mexicanos.

A Luis Téllez lo corrieron del gobierno federal por esa y otras declaraciones, pero esta semana Miguel de la Madrid, presidente del país de 1982 a 1988, confirmó que Carlos Salinas sí se robó parte del dinero secreto más conocido del mundo. "Me siento muy decepcionado, me equivoqué (al elegir a Salinas como sucesor). Pero pues en aquel entonces no tenía yo elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas", le dijo a Carmen Aristegui, a quien de paso le corroboró la conexión de Raúl Salinas con narcotraficantes.

Carlos Salinas se defendió con una carta -para no equivocarse- utilizando una excusa de abogado leguleyo: asegura que Miguel de la Madrid está enfermo, loco pues. De la Madrid sí se escucha con limitaciones físicas, como si estuviera cerca del final de la carretera, pero también se le oye lúcido. Sigue las preguntas de Aristegui sin problema y cuando le parece necesario argumentar lo hace con claridad. Si su mente no da para más, como sugiere Salinas, ¿por qué el discurso no se le va por otro lado y responde que “El Pelón” era un boxeador muy malo o que los Salinas de Gortari eran una compañía circense interesantísima? Que tampoco estaría mintiendo, claro está.

La declaración de Miguel de la Madrid -aun cuando después haya firmado una carta donde aparentemente se retracta- debería ser suficiente para, por lo menos, iniciar una investigación seria sobre los bienes y los ingresos de Carlos Salinas y su pariente conocido como "el hermano 10 por ciento". Y de comprobarse los dichos de De la Madrid, se debe encerrar a los Salinas en alguna cárcel de alta seguridad y obligarlos a devolver lo que se hayan llevado, porque no les pertenecería a ellos, sino a los habitantes de México.

Un amigo me comentó que hace unos meses tuvo la oportunidad -¿o la desgracia?- de cenar codo a codo con Carlos Salinas. ¿Y qué te pareció? Es muy inteligente, pero más que eso, es un manipulador, me respondió. No lo dudo ni un segundo. El político mexicano es ventajoso e inmoral. Y no es que generalice, me refiero a un solo tipo de político mexicano, el cual parece tener la capacidad de habitar en las cabezas de la mayoría de nuestros gobernantes. El mismo tipo de político que es Carlos Salinas de Gortari, que deseaba dirigir México no para servir al país, sino para hacerse millonario.



Foto de Fabrizio León Diez/La Jornada. Carlos Salinas de Gortari dando la espalda.

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